LA HIDRA
La hidra es un personaje
mitológico que tiene siete cabezas. Por cada cabeza que pierde le salen dos.
Esta historia de un joven aventurero y su caballo Tornado.
Un día, un joven llamado Samuel
se aventuro en adentrarse en el bosque maldito que había al lado de su pueblo.
Todos los que se adentraban no volvían jamás. Las primeras horas a caballo le
resultaron infinitas hasta que encontró un buen lugar donde acampar. Era un
espacio perfecto para hacer un fuego, que lo hizo rápidamente para entrar en
calor. Cuando hubo oscurecido no dejó de escuchar el típico cric, cric de los grillos, a los
segundos se durmió y soñó con encontrar a su padre, que se adentró en el bosque
hace unos diez años.
Al día siguiente siguió avanzando
por el oscuro bosque, él iba caminando para no cansar demasiado el caballo por
si acaso luego lo necesitaba. A las horas se subió al caballo porque no podía
ni dar un paso más. Después de unos minutos a caballo se encontró unos restos
de una choza construida en medio de su camino, desmontó y fue hacia la pequeña
caseta. Allí había algunas provisiones que podría utilizar, como algunas
frutas. Al caer la noche se tumbó en una cama provisional que había en aquella
casa medio derruida.
Por la mañana fue a por frutos y a buscar
alguna presa fácil que cazar. Se encontró un pequeño rebaño de ovejas y cazo
una cría. Por la tarde volvió a su casa provisional y cogió provisiones para el
viaje. Cuando hubo montado a su caballo, le dio unos pequeños golpes para que
empezara a trotar. Después de un pequeño tiempo se encontró una estatua de un
hombre que tenía una descripción. Lo que ponía en la placa era: "Muerto por
Herokine-La Hidra".
Le dio un respingo al ver aquel
nombre y lo que era. ¡¡UNA HIDRA!! El
joven tenía el corazón a MIL por hora. Cuando se relajó, continuó su viaje. A
los veinte minutos tuvo a la vista un enorme lago. Decidió hacerse una casa
allí, porque tendría agua siempre que quisiera. Cuando pasaron los días ya
tenía una choza bastante grande como para caber él y alguien más.
Por la tarde empezó a haber
algunas vibraciones en el agua, se asustó, a los segundos se pararon los
temblores. Decidió hacerse un arco y flechas, seguida de una espada corta y un
escudo, la espada era de su padre cuando era un aventurero, eso le daba valía
al joven. A la mañana siguiente se despertó y olio el aire, que olía a quemado.
Salió y vio que el bosque estaba en llamas y una especie de dragón estaba flotado
en el lago, el pensó que era la hidra y sin pensárselo dos veces le disparo una
flecha, luego otra, esta le acertó en el cuello, la bestia soltó un agudo
gemido de dolor y se abalanzó hacia el muchacho. El joven, que era muy ágil le
corto una cabeza, luego otra, y otra más. A los segundos le crecieron dos
cabezas por cada una que le había cortado. Intentó con el arco, pero no le
afectaba mucho, probo a ponerles fuego a las flechas, y eso funcionó de
maravilla. Al minuto le había atravesado las escamas en cinco partes del
cuerpo. Cogió la última flecha que le quedaba y le prendió fuego, tenso el
arco, colocó la flecha, por último soltó la cuerda y la flecha iba como un
silbido agudo entre la nada. La flecha le dio en el pecho, y la bestia, muerta
de dolor cayó al suelo rendida al poder y la valía de aquel muchacho.
El cayó también agotado por el
esfuerzo. Al poco tiempo escucho unos gritos como ¡Bien, es el mejor! o como
¡Este muchacho es muy poderoso!
También oyó un pequeño grito que
decía ¡Yo soy tu padre! El muchacho se levanto y empezó a correr hacía aquel
último grito. Cuando llego vio a alguien que parecía recordar, ¡era su padre!
El muchacho les dijo que podía volver a casa por un sitio que les indicaría.
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