viernes, 15 de noviembre de 2013

LA HIDRA

LA HIDRA


La hidra es un personaje mitológico que tiene siete cabezas. Por cada cabeza que pierde le salen dos. Esta historia de un joven aventurero y su caballo Tornado.

Un día, un joven llamado Samuel se aventuro en adentrarse en el bosque maldito que había al lado de su pueblo. Todos los que se adentraban no volvían jamás. Las primeras horas a caballo le resultaron infinitas hasta que encontró un buen lugar donde acampar. Era un espacio perfecto para hacer un fuego, que lo hizo rápidamente para entrar en calor. Cuando hubo oscurecido no dejó de escuchar el típico cric, cric de los grillos, a los segundos se durmió y soñó con encontrar a su padre, que se adentró en el bosque hace unos diez años.

Al día siguiente siguió avanzando por el oscuro bosque, él iba caminando para no cansar demasiado el caballo por si acaso luego lo necesitaba. A las horas se subió al caballo porque no podía ni dar un paso más. Después de unos minutos a caballo se encontró unos restos de una choza construida en medio de su camino, desmontó y fue hacia la pequeña caseta. Allí había algunas provisiones que podría utilizar, como algunas frutas. Al caer la noche se tumbó en una cama provisional que había en aquella casa medio derruida.

Por la mañana fue a por frutos y a buscar alguna presa fácil que cazar. Se encontró un pequeño rebaño de ovejas y cazo una cría. Por la tarde volvió a su casa provisional y cogió provisiones para el viaje. Cuando hubo montado a su caballo, le dio unos pequeños golpes para que empezara a trotar. Después de un pequeño tiempo se encontró una estatua de un hombre que tenía una descripción. Lo que ponía en la placa era: "Muerto por Herokine-La Hidra".

Le dio un respingo al ver aquel nombre y lo que era. ¡¡UNA HIDRA!! El joven tenía el corazón a MIL por hora. Cuando se relajó, continuó su viaje. A los veinte minutos tuvo a la vista un enorme lago. Decidió hacerse una casa allí, porque tendría agua siempre que quisiera. Cuando pasaron los días ya tenía una choza bastante grande como para caber él y alguien más.

Por la tarde empezó a haber algunas vibraciones en el agua, se asustó, a los segundos se pararon los temblores. Decidió hacerse un arco y flechas, seguida de una espada corta y un escudo, la espada era de su padre cuando era un aventurero, eso le daba valía al joven. A la mañana siguiente se despertó y olio el aire, que olía a quemado. Salió y vio que el bosque estaba en llamas y una especie de dragón estaba flotado en el lago, el pensó que era la hidra y sin pensárselo dos veces le disparo una flecha, luego otra, esta le acertó en el cuello, la bestia soltó un agudo gemido de dolor y se abalanzó hacia el muchacho. El joven, que era muy ágil le corto una cabeza, luego otra, y otra más. A los segundos le crecieron dos cabezas por cada una que le había cortado. Intentó con el arco, pero no le afectaba mucho, probo a ponerles fuego a las flechas, y eso funcionó de maravilla. Al minuto le había atravesado las escamas en cinco partes del cuerpo. Cogió la última flecha que le quedaba y le prendió fuego, tenso el arco, colocó la flecha, por último soltó la cuerda y la flecha iba como un silbido agudo entre la nada. La flecha le dio en el pecho, y la bestia, muerta de dolor cayó al suelo rendida al poder y la valía de aquel muchacho.
El cayó también agotado por el esfuerzo. Al poco tiempo escucho unos gritos como ¡Bien, es el mejor! o como ¡Este muchacho es muy poderoso!

También oyó un pequeño grito que decía ¡Yo soy tu padre! El muchacho se levanto y empezó a correr hacía aquel último grito. Cuando llego vio a alguien que parecía recordar, ¡era su padre! El muchacho les dijo que podía volver a casa por un sitio que les indicaría. 

Todos los que había le siguieron y llegaron al poblado. La madre se puso a llorar de felicidad y en honor a su hijo hizo una gran fiesta. La gente trajo comida, bebidas, y muchas cosas más. "Este es el mejor día de mi vida", pensó el muchacho. Vivieron felices durante muchos años.

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