En
1940, Adolf Hitler y Francisco Franco se encontraron para discutir si España
participaba en la 2ª Guerra Mundial en Hendaya (Francia). Eligieron ese sitio
porque se supone que era terreno neutral, aunque más tarde Hitler invadió
Francia.
España no tenía ni dinero ni hombres para
luchar junto Alemania porque acababa de tener su propia guerra civil. Además,
habían asegurado a Franco que Hitler no ganaría la guerra.
La
entrevista se celebró en la estación de trenes, en el coche-salón, donde a muy pocos se les permitió
el paso. Hitler y Franco iban vestidos con sus mejores trajes y botas, y todas
sus medallas colgando.
-
Participaré si me entregas 100.000 toneladas de trigo – dijo Franco, sabiendo
que era imposible que Hitler pudiera dárselo.
-¡¡¡Nein,
nein, no tenerrr trrrigo sufisssientenn!!!- decía Hitler, gritando mucho y
moviendo la cabeza con fuerza.
Franco estuvo a punto de ceder, por no
discutir más, aunque sabía que eso sería muy malo para España. Hitler se
enfrentaba a los aliados, con EE.UU. En contra, que no dudarían en arrasar
España con bombardeos, batallas... Entonces entraron en acción los ministros
que les acompañaban, que propusieron un pacto.
-Si permanecéis aparentemente neutrales,
pero nos apoyáis en la sombra, dejando pasar a nuestros ejércitos de tierra,
mar y aire, cuando ganemos la guerra os daremos el control de una parte de los
territorios de nuestro imperio- dijo el ministro alemán.
- De acuerdo, pero si perdéis, si te he
visto, no me acuerdo- respondió el ministro español.
Ese fue el trato. Y gracias a ese breve
encuentro España se libró de entrar en guerra y además, ¡en el bando perdedor!
Javier
Seijo 6ºB