El pasado lunes fuimos a
la Facultad de Ciencias Físicas. Ha sido un viaje un poco largo pero que ha
merecido la pena ya que hemos hecho novillos para no ir a clase. Cuando llegué
a Madrid de lo único que me enteré era de que habíamos ido por el carril V.A.O.
que significa vía para vehículos de alta ocupación. Yo no sabía donde estaba
hasta que entramos en el edificio. Al llegar al laboratorio vi que esto tenía
pinta de gente lista, ¡eso es lo que me gusta! Entramos con un hombre que nos
enseñó a que cuando metes sal en una placa y pones un aparato especial que
“simula” a un corazón y cuando lo pones muy rápido la sal hace formas muy raras
con forma de cuadrado. Luego seguimos con una mujer que nos enseñó la fuerza de
los imanes que cuando son de distinta polaridad se atraen y cuando son de la
misma se repelen. Había dos latas y un imán colgando de una cuerda entonces el
imán empezó a ir de una lata a otra repeliéndose con ellas. Para terminar la
visita al laboratorio fuimos con un hombre a otra sala donde se hacían
experimentos y nos enseñó que al poner la mano en una escobilla de cobre y la
otra en una lata de Coca-Cola salen chispas que quemaban. Luego subimos varias
plantas hasta que una persona nos enseñó una especie de microondas en el que se
divisaban unas pequeñas partículas con forma de rayos que cada dos por tres
caen en nuestro cuerpo unos cien por minuto. Por suerte no son dañinas a
nuestro organismo. ¡Llegamos al final de la visita! Entramos en el mirador y
divisamos el sol con un telescopio
enorme observando unas manchas negras y el sol por los
“laterales”. También vimos los discos
duros de hace años, máquinas de escribir, chips y muchas cosas más. ¡Ha sido
una bonita excursión!.